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jueves, 9 de enero de 2014

LA FAMILIA, PILAR FUNDAMENTAL DE TODA SOCIEDAD 4

CUARTA PARTE
Escrito por noticieronestor el 23-01-2010 
1.- LA INFIDELIDAD

Como he dicho anteriormente, las parejas fracasan en su inicio y las causas son muchas. Una de ellas (yo diría, la principal) es el desconocimiento de la futura pareja, por apresuramiento o por no haber pensado lo suficiente en la importancia de buscar en ella la coincidencia en su forma de pensar o de actuar, sus costumbres, sus aspiraciones, sus valores morales, su capacidad, su interés de superación, etc. En todas las parejas, lo más importante es la atracción física (en la gran mayoría de los casos) y/o intelectual, la empatía o simpatía (muchas veces, superficial). VER ACLARACIÓN EN ARTÍCULO APARTE. ir a EMPATÍA.

El sentirse atraídas físicamente (generalmente, sólo sexualmente) dos personas lleva al fracaso directo, si no hay afinidades entre ellas. El primer tiempo de ese tipo de relaciones puede ser maravilloso, al satisfacer una necesidad fisiológica, acompañada de afecto (la mayoría de las veces, sólo circunstancial). En estos casos, muy pronto empiezan a aparecer los roces, a causa de intereses individuales antagónicos. El egoísmo de una o de ambas partes se manifiesta cada vez con más vitalidad y es inevitable que la pareja empiece a discutir por nimiedades o por cualquier motivo, muchas veces de forma injustificada.

Puede pasar poco o mucho tiempo antes de que las rencillas y acusaciones mutuas aparezcan. Todo eso puede llevar a situaciones de riñas verbales, insultos y recriminaciones, arrepentimiento de haberse conocido, etc. En el peor de los casos (lamentablemente no poco frecuentes) se llega a las acciones violentas, como lanzamiento de objetos, de maltrato físico, etc. Como sabemos, el maltrato físico puede derivar  en  consecuencias nefastas, como graves heridas e incluso homicidio o asesinato. Eso ocurre, incluso, cuando las personas han dejado de ser una pareja, por separación legal o por divorcio.

El temor al “qué dirán”, a nos ser castigados por Dios (por no cumplir con el “sagrado” sacramento del matrimonio, por interrumpirlo, aunque esto empieza a ser menos común), a un empeoramiento de las condiciones de vida o económicas (pagar en forma individual lo que antes se pagaba entre dos, por ejemplo), a la separación de los hijos, etc., hacen que muchas parejas continúen con su relación matrimonial, aunque ninguno de los dos desea estar junto al otro. En estos casos, un matrimonio puede continuar en ese estado durante muchos años, soportándose mutuamente y haciéndose daño psíquico (el cual va en aumento), que es transmitido a los hijos, los que deben presenciar las discusiones diarias, los comentarios hirientes, el mal humor, etc. Muchas veces son los hijos los que reciben directamente toda la carga de odio y malos tratos. Ese odio se ve agravado, muchas veces, por influencia de las drogas y el alcohol.

En la mayoría de esos casos es comprensible que uno o ambos cónyuges busquen a otra persona, en la que creen podrán encontrar lo que no han encontrado en su pareja. En el caso de los hombres es mucho más corto el tiempo que tardan en encontrar una amante, aunque las mujeres también lo hacen.

En muchos países, como Francia, es aceptable que cada cónyuge tenga amante (las excepciones son escasas). No se dice abiertamente, pero todo el mundo lo sabe. En países como Estados Unidos y España, las parejas de altas esferas de la sociedad (desde el punto de vista económico) se van cambiando, como quien se cambia de camisa o ropa interior,  especialmente entre artistas, actores y actrices de cine, modelos, jugadores de fútbol, toreros, etc. En otros países la infidelidad se oculta, por el temor a los escándalos públicos. Pero en todos los países occidentales, la infidelidad está muy expandida.

¿Quién no sabe de muchos casos de infidelidad de sus compañeros de trabajo, de estudio o de otras actividades, de clientes, vecinos, etc., que tienen amantes? Muchas veces, las mujeres saben que sus esposos tienen una o más amantes. Pero aceptan la situación. Lo que más les interesa es asegurar el mantenimiento del matrimonio y su estatus económico. Muchas de esas mujeres toleran, incluso, los malos tratos de sus esposos o convivientes.

Hay algunos grupos que son más propensos a la infidelidad, como quienes visten uniformes militares o de la policía, choferes de buses, de camiones, etc. Pero la infidelidad se da en todo tipo de actividades y en todas las clases sociales.

Uno de los diez mandamientos que recibió Moisés (según la Biblia) específicamente el noveno, dice: “no desearás la mujer de tu prójimo”. Según la religión católica y otras religiones cristianas más el judaísmo, este mandamiento prohíbe el adulterio. Pero si interpretamos ese mandamiento en forma correcta, nos damos cuenta de que no se refiere al adulterio sino a no pensar (ni siquiera pensar, el pecado comienza ya con el solo pensamiento) en la mujer de un semejante (ser humano). Pero nada dice que una mujer no pueda desear el “hombre de tu prójima”. Tampoco tiene que ver la prohibición o mandamiento con la elección de una sola mujer. Podría interpretarse ese mandamiento como la libertad para practicar la poligamia. Esto implicaría que, mientras no sea la mujer de un semejante (o casada), estaría permitido desear todas las mujeres que no sean del “prójimo”, vale decir, solteras. Es posible que ése sea el motivo por el cual muchas religiones aceptan la poligamia, como los mormones y muchas otras sectas llamadas cristianas, además de los musulmanes. En todo caso, se trata de una poligamia machista, puesto que esas religiones aceptan que los hombres tengan varias mujeres, pero las mujeres no pueden tener varios hombres.

Este mandamiento es una repetición del mensaje aparecido antes en la Biblia. La iglesia católica y otras religiones cristianas han cambiado el contenido de los mandamientos y actualmente sólo figura el que dice que “no hay que tener pensamientos impuros” (VER), lo que implica una ambigüedad mayúscula, porque no especifica lo que significa esa frase. El catecismo dice, textualmente: "No consentirás pensamientos ni deseos impuros".
Nota del 24 de enero, 2010: He querido comprobar mis afirmaciones y para sorpresa mía, he encontrado una infinidad de páginas religiosas relativas a este tema. Lo curioso es que se dicen distintas cosas, muy contradictorias. Hay tantas versiones que es casi imposible especificar lo que la Biblia realmente decía en sus inicios. En una de las páginas se intenta explicar que el hecho de que Moisés hubiera tenido que subir dos veces al monte de Sinaí para recibir las tablas habría originado dos versiones distintas, ya en esa época.

VER ENLACES SOBRE ESTO:

lITURGIA CATÓLICA, UNA PÁGINA DE LA IGLESIA CATÓLICA. AQUÍ SE MENCIONAN DOS MANDAMIENTOS MUY SIMILARES, EL SEXTO Y EL NOVENO, EN NINGUNO DE ELLOS SE HABLA DE ADULTERIO, SINO DE ACTOS IMPUROS.

EL SEXTO MANDAMIENTO APOSTOLADO CATÓLICO. AQUÍ SE MENCIONAN EL SEXTO Y EL DÉCIMO MANDAMIENTO. EN EL SEXTO HABLA DEL ADUTERIO Y EN EL DÉCIMO HABLA DE NO CODICIAR LA MUJER DEL PRÓJIMO.


WIKIPEDIA: AQUÍ SE  PUBLICAN COMPLETOS LOS TEXTOS DEL DEUTERONOMIO Y DEL ÉXODO, EN ÉXODO 14 SE REFIERE AL ADULTERIO Y EN EL 17 A NO CODICIAR LA MUJER DEL PRÓJIMO. EN EL DEUTERONOMIO SE MENCIONAN EL 18 Y 21.

La poligamia no existe en los países occidentales, pero sí existe la promiscuidad casi sin límites. Muchos hombres y mujeres han tenido o tienen una infinidad de relaciones simultáneas. Existen, incluso, clubes de intercambio de parejas y una serie de relaciones múltiples. La mayoría de estas personas son creyentes, van a misa o a otras reuniones en sus iglesias, celebran todas las festividades de cada congregación y nombran a Dios a cada instante.

En Chile y Perú, por ejemplo (y en otros países), conocí muchos casos de hombres que tenían varios hogares, que visitaban a sus mujeres en determinados períodos de tiempo, a veces, después de varias semanas, incluso meses. Por lo general, la vivienda era propiedad del hombre. Las mujeres aprovechaban la ausencia del conviviente para tener aventuras o relaciones sexuales con otros hombres, los que muchas veces vivían a expensas de éstas. En realidad, esos hombres vivían a expensas del “hombre” de la “anfitriona”.

La infidelidad, tan expandida, en forma abierta u oculta, nos da el siguiente resultado: millones de hijos que tienen padres desconocidos, muchas veces reconocidos por el marido, conviviente o amante oficial, pero de padre biológico distinto. Eso quiere decir que muchos hijos de esas parejas se unen de hecho o en matrimonio con hermanos y hermanas, primos, tíos, etc. Por supuesto que la gran mayoría de las veces, sin saberlo.

Sumemos a lo anterior una gran cantidad de hijos adoptados, en distintas circunstancias, a veces legales, otras veces no. Se sabe que cada año desparecen cientos de miles de niños que son secuestrados para ser vendidos. Algunos niños (y adultos) son vendidos a clínicas ilegales especializadas en comercialización de órganos. Otros niños son “entregados en adopción”. En esa forma se van formando o completando familias con hijos que nunca debieron pertenecerles. Muy conocidos son los casos de hijos de desaparecidos chilenos, argentinos y de otras nacionalidades, que fueron entregados en adopción a familias de militares o amigos de éstos durante las dictaduras de los años 70 y 80 (VER).

Según ese cuadro, la familia puede tener ramificaciones interminables, si consideramos los parentescos lejanos. De hacerse las investigaciones correspondientes y con buenos resultados, los árboles genealógicos podrían adoptar formas muy extrañas.

¿Cómo definiría la cúpula eclesiástica a esas familias, en las que hay hijos robados o que fueron engendrados por otros padres y no los padres legales?

2.- LA SEPARACIÓN

Hay muchos tipos de separación, algunas legalmente aceptadas, otras encubiertas. Algunas separaciones son verídicas, otras son ficticias.

Me voy a referir, en primer lugar, a las separaciones ficticias que hay en algunos países. Conozco dos tipos de separaciones de este tipo (PARA AYUDAR Y PARA AYUDARSE), en el caso de Suecia:

SEPARACIÓN PARA “AYUDAR”


Hay personas que se separan para ayudar a ciudadanos de otros países, los que podrán obtener residencia y permiso de trabajo en el país nórdico. Esa ayuda tiene caracteres económicos, en muchos casos. La persona extranjera o un familiar de esta persona remunera alguien para que simule ser pareja de la extranjera o extranjero. Para ello se requiere que el ciudadano sueco (o extranjero con residencia en Suecia) esté separado, no necesariamente divorciado. No es necesario que la pareja ficticia se case, basta con declarar que son convivientes. En los últimos años esto ha sido una práctica común para “importar” parejas, incluidos muchos homosexuales de países latinoamericanos, sobre todo de Cuba, puesto que en Suecia está permitida la convivencia entre homosexuales y en países como cuba, no lo están. 

SEPARACIÓN PARA “AYUDARSE”

El estado sueco es muy generoso con las madres que viven solas, con sus hijos. Hasta que sus hijos cumplen 18 años, toda madre sueca o extranjera con residencia en Suecia (casada o soltera), tiene derecho a una ayuda o subsidio (BARNBIDRAG) que da el estado a través de la Caja de Seguro Público (actualmente son aproximadamente 140 dólares mensuales por cada hijo). Si la madre tiene más de dos hijos, recibe una ayuda adicional. Además, la madre recibe ayuda del estado sueco si el padre tiene bajos ingresos (actualmente son aproximadamente 150 dólares mensuales por cada hijo). Si la madre carece de ingresos o tiene bajos ingresos recibe, además, ayuda para pagar parte del alquiler. Así, una madre con tres hijos menores de 18 años puede obtener, en total, entre 300 y 500 dólares mensuales en ayudas. Conozco, entre otros, el caso de un matrimonio extranjero que percibía esa cantidad de dinero. El esposo, además, recibía ayuda del estado por haber sido dado de baja por una herida que le ocasionó daños en una mano, consecuencia de “accidente de trabajo”. La verdad es que el accidente fue ocasionado por una riña con un ciudadano sueco, en una gasolinera. Estas personas vivieron siempre juntas. Nunca estuvieron separadas. Sólo estaban registradas como separadas y tenían dos apartamentos de alquiler, uno de los cuales subalquilaban. Así como esta pareja hay miles, en Suecia. Y posiblemente, también, en otros países europeos. No tengo pruebas de que eso ocurra en otros países.


SEPARACIONES VERÍDICAS

Puesto que en Suecia ha estado permitido el divorcio durante muchas décadas y las mujeres obtienen tantos beneficios al separarse, muchas de ellas toman la iniciativa para hacer efectivo el divorcio.

Pero, como es sabido, con o sin permiso de las autoridades eclesiásticas o civiles, hay muchas parejas que están separadas. La mayoría están sólo separadas (no divorciadas) por estar prohibido el divorcio en sus países. Quienes están casados por la Iglesia Católica siguen casados hasta la muerte, a menos que tengan dinero para comprar la nulidad del matrimonio. Esto es más frecuente entre las personas de la alta sociedad, como acaudalados empresarios, nobles o príncipes (como es el caso de España). En los registros civiles también existe la nulidad. Para ello sólo basta tener mucho dinero y pagar a abogados que hagan todos los trámites necesarios. Los pobres no tienen esa posibilidad. Lograr la nulidad de un matrimonio implica que los ex cónyuges recuperan su estado de solteros, como si nunca se hubieran casado.

En los países en los que existe el divorcio, muchas veces éste se negocia, como si recuperar la libertad (en este caso) se tratara de un servicio comercial. Las leyes permiten atrocidades como cobrar hasta millones de dólares por alguna de las partes para acceder a divorciarse. Las separaciones o los divorcios permiten legalizar muchas relaciones que antes estaban ocultas o dejar en libertad a los ex cónyuges para que encuentren una nueva pareja, sin que eso parezca inmoral, con excepción de la iglesia católica.

Ya he dicho que no me voy a referir a este tema en profundidad, en este artículo. Pero no puedo dejar de mencionar algo muy importante, que tiene que ver con la doble moral de muchas sociedades de países católicos. Para ello me voy a limitar a dejar algunas interrogantes en el aire: ¿Es preferible vivir en eterno conflicto (con los problemas que he mencionado anteriormente), cuando una pareja no está unida por el amor o es mejor que cada ente viva su vida por separado? ¿Es mejor que algunas personas tengan amantes ocultos/as, en lugar de separarse de alguien con quien sólo hay odio, en lugar de vivir libremente con la persona que aman o creen amar de verdad?

¿Es más importante respetar las leyes religiosas que la felicidad de los seres humanos?

¿Debe obligarse a personas que son víctimas de maltratos a seguir soportando humillaciones y sufrimientos, en lugar de permitírseles su liberación?

¿A qué familia se pretende defender, al obligar a dos personas a vivir en la mentira?

¿Qué objetivo moral se puede obtener al impedirá el divorcio, si no se podrá impedir con eso que estas personas encuentren otras parejas, de todas formas?

No son, en absoluto justificables las opiniones de que “son pruebas que nos envía Dios y hay que aceptarlas para lograr la salvación divina” No se puede aceptar ese tipo de argumentos en pleno siglo XXI. Esa es la teoría del conformismo y la sumisión, que nos ha perseguido y oprimido desde tiempos remotos. El hombre y la mujer están en este planeta para ser felices (o, por lo menos, para intentarlo). No para sufrir, sin motivo alguno. Es verdad que los divorcios pueden llegar a provocar problemas en las relaciones con los hijos o a los hijos. Pero los daños que se les ocasiona a ellos pueden ser peores al mantener una relación sin base moral ni ética, con eternas discusiones adornadas con insultos e improperios, con continuos engaños e intrigas, intentando ocultar lo que no se puede ocultar. Muchas ex parejas han logrado ser amigas y han llegado a comprenderse mejor después de haberse separado. Los hijos, lejos de sufrir traumas o daños irreparables a causa de la separación, se han hecho más fuertes e independientes. Debemos pensar que hay millones de hogares en los que se pierde a uno de los padres, ya sea por enfermedad, por accidente o por haber entregado su vida al participar en una guerra. El sufrimiento de esos hijos es mucho mayor que en los casos de separación de sus padres. En los casos de separación, por lo menos, los padres siguen con vida.

En resumen, las separaciones existen, sea legalmente o no. La promiscuidad existe, sea ésta legalmente admitida o no. Muchos hijos nacen fuera del matrimonio y como seres humanos tienen los mismos derechos que tienen los hijos “legítimos”. Muchos hijos nacen sin saber que tienen un padre que no lo es. Muchos hogares tienen hijos adoptados, en forma correcta o gracias a secuestros y robos (digo en “forma correcta” en lugar de decir en “forma legal”, pues la mayoría de las adopciones ilegales se convierten en legales al falsificar documentos, comprar funcionarios corruptos, etc.). Muchas personas están emparentadas en distintas formas, incluyendo familias de tierras muy lejanas, sin siquiera tener conocimiento de ello. Hay hermanos que no conocen a una infinidad de hermanos o medio hermanos, hermanastros, etc. Hay primos, y todo tipo de parientes que no tienen idea de los lazos genealógicos que los unen a infinidad de seres de otras latitudes o, incluso, de su más cercano entorno.

La familia tiene, entonces, muchos tipos de ramificaciones. Podríamos decir que hay familias de primer grado, que incluye sólo a los padres e hijos reconocidos por ellos. Luego puede haber familias de segundo grado, que incluye a los abuelos, tíos y primos. Finalmente habría que catalogar de tercer grado a los parientes más cercanos, por parte de ambos padres. Lo importante es que la responsabilidad primordial, tanto de padres como hijos, debe compartirse entre los miembros más cercanos de la familia de primer grado.

FIN DE LA CUARTA PARTE.

VER ENLACES RELACIONADOS CON LOS DISTINTOS TEMAS QUE, A SU VEZ, TIENEN RELACIÓN CON LA CONCEPCIÓN O TÉRMINO FAMILIA Y DE ACUERDO A ESTE ARTÍCULO:
Nota del 9 de enero, 2014: Los enlaces ya no eran actuales. Por eso los he borrado. Nuevos enlaces se agregarán en un futuro cercano.


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